Tecnología y pantallas en la infancia: cómo fomentar un uso saludable y equilibrado

Tecnología y pantallas en la infancia: cómo fomentar un uso saludable y equilibrado
Vivimos en una era en la que la tecnología está presente en casi todos los aspectos de nuestra vida diaria. Para los niños y niñas, las pantallas son herramientas de juego, aprendizaje, entretenimiento y comunicación. Sin embargo, el acceso constante a dispositivos digitales también plantea importantes desafíos para su desarrollo integral.
En este artículo te contamos cómo encontrar un equilibrio saludable entre el uso de la tecnología y otras actividades fundamentales para la infancia, tanto desde el hogar como desde la escuela.
¿Por qué necesitamos prestar atención al tiempo frente a pantallas?
No se trata de demonizar la tecnología. Sabemos que puede ser educativa, divertida y hasta una puerta a nuevas formas de aprendizaje. Pero cuando el tiempo frente a pantallas se vuelve excesivo o no está bien acompañado, pueden aparecer algunas consecuencias no tan positivas:
Alteraciones en el sueño (sobre todo si se usan antes de dormir).
Menor interés por el juego físico o el contacto con otros niños.
Problemas de atención y concentración.
Irritabilidad o dependencia de los dispositivos.
Sedentarismo y sus consecuencias en la salud física.
Esto no significa que haya que eliminar las pantallas, sino aprender a usarlas con equilibrio. Como en todo, el acompañamiento de los adultos es fundamental.
¿Qué pasa cuando se usa la tecnología de forma saludable?
Usada de manera adecuada, la tecnología puede ser una herramienta maravillosa. Lo importante es que no reemplace otras experiencias esenciales para el desarrollo infantil, como el juego libre, el movimiento, el contacto con la naturaleza o la interacción con otras personas.
Algunos beneficios de un uso responsable de la tecnología en la infancia:
Estimula la creatividad y la curiosidad.
Permite explorar intereses propios.
Apoya procesos de aprendizaje visual o auditivo.
Fortalece la alfabetización digital desde temprana edad.
Fomenta la autonomía (siempre con límites).
El secreto está en elegir bien los contenidos, dosificar los tiempos y estar presentes mientras los chicos usan la tecnología.
¿Cómo encontrar el equilibrio?
A continuación, te compartimos algunas recomendaciones prácticas tanto para familias como para docentes:
En casa:
Establecer rutinas claras sobre cuándo y cuánto tiempo pueden usar pantallas.
Priorizar el juego, el movimiento y el contacto social real.
Evitar el uso de pantallas durante las comidas y antes de dormir.
Compartir momentos frente a la pantalla: mirar juntos una serie o jugar un videojuego puede ser una buena oportunidad para conversar.
Ofrecer alternativas atractivas: libros, manualidades, juegos de mesa, actividades al aire libre.
Dar el ejemplo: los adultos también debemos revisar cómo usamos nuestros dispositivos.
En la escuela:
Integrar la tecnología con un propósito pedagógico claro.
Fomentar espacios donde los niños aprendan a investigar, crear, comunicar y resolver problemas usando herramientas digitales.
Enseñar buenos hábitos de navegación y convivencia digital.
Estimular el pensamiento crítico: no todo lo que vemos en internet es verdad.
Combinar lo digital con lo analógico, sin perder el valor de lo manual, lo corporal y lo social.
Acompañar, es importante
Tanto desde la familia como desde la escuela, lo más importante es acompañar a los pequeños en su vínculo con la tecnología. Escuchar, conversar, observar lo que les interesa, ayudarlos a regularse. No se trata solo de poner límites, sino también de estar disponibles para guiar y construir hábitos saludables.
En resumen…
La tecnología no es el problema. El verdadero desafío es cómo la usamos, cuánto y con qué intención. Encontrar el equilibrio entre lo digital y lo analógico, entre lo virtual y lo real, entre el tiempo frente a una pantalla y el tiempo de calidad con otros, es una tarea de todos los días.
Acompañar a la infancia en este camino es también una oportunidad para revisar nuestros propios hábitos, reconectar con lo esencial y construir juntos un presente más consciente.